Noé
Noé 6
16 – SAL DEL ARCA TU, Y TU MUJER, Y TUS
HIJOS, Y LAS MUJERES DE TUS HIJOS CONTIGO.
16 – SAL DEL ARCA…: Noah abandonó el Arca
sólo cuando hubo recibido la orden clara y especifica de Dios al respecto; sin
embargo, la vida en el Arca era verdaderamente agotadora: “Los ojos de Noah no
se cerraron siquiera durante un instante, porque él se preocupaba por llevarle
personalmente la comida a cada animal a la hora que le convenía a éste. Hasta
el punto de que el ave Fenix, apiadándose del cansancio de los hombres se negó
sistemáticamente a alimentarse con el fin de no agravar su ya tan pesada carga.
Noé le bendijo entonces diciendo: “Que el Señor te conceda vida eterna”. En las
360 habitaciones y pasillos del Arca retumbaban los gritos de los animales. Los
machos estaban instalados a estribor y las hembras a babor pues les estaba
prohibido acoplarse mientras la ira de Dios se ensañaba contra el mundo… Un día
en que Noé le llevó la comida al león más tarde que de costumbre, la fiera le
mordió en el talón dejándole cojo para el resto de su vida; y a raíz de esto,
le fue imposible desempeñar sus funciones de sacerdote. Además el agua no
paraba de subir y de sacudir el Arca. Noé y sus hijos lloraban e imploraban al
Eterno diciendo: Oh! Dios, escucha nuestra suplica, pues no podemos seguir
soportando tantas calamidades. Déjanos contemplar tu rostro, oh Señor! Ten
piedad de nosotros, libéranos y sálvanos!” (Sanhedrin 108b).
A pesar de todo esto, Noé esperó pacientemente la autorización de Dios
para salir del Arca. Sufrió una decepción al comprobar que no podía salir al
cabo de los “siete primeros días” (v. 10) pero supo armarse de paciencia una
vez más y esperar durante otros siete días. La forma empleada en el
versículo 12 no corresponde a la forma corriente del Pie o del Nifil sino al
Nifal del verbo “Yafel” que implica una idea de espera frustrada. Sin embargo,
Noé seguía oponiéndose rotundamente al deseo de sus hijos de salir del Arca.:
¡Dios me libre de hacer tal cosa!, decía. Por orden del Altísimo hemos entrado
aquí, y por orden Suya saldremos también. (Tanhumá). Además, debido a la
maldición que pasaba sobre el mundo, recelaba tener que cumplir de nuevo con el
deber de procreación. Dios entonces le juró que no volvería a desbastar el
mundo con un Diluvio, como está escrito: “He jurado que el diluvio de Noé no
volvería a asolar la tierra” (Isaías LIV, 9)
Le ordenó abandonar el Arca y les dio Su bendición, a él y a
los animales, para que prosperasen y se multiplicasen la tierra (v. 17; Rabá c.
34).
La conducta de Noé les sirvió de ejemplo a los tres muchachos Jananiá,
Misael y Azariá cunado, arrojados al horno de fuego ardiente por el rey
Nabucodonosor de Babilonia, se negaron a salir de él antes de que el mismo rey
se lo ordenara. (Daniel III, 26. &. Tanhumá).
17 – TODOS LOS ANIMALES DE TODA CARNE QUE ESTAN
CONTIGO, DE AVES, Y DE BESTIA Y DE TODO REPTIL QUE SE ARRASTRA SOBRE
LA TIERRA, HARAS SALIR CONTIGO, PARA QUE SE REPRODUZCAN ABUNDANTEMENTE EN LA
TIERRA, Y PROCREEN Y SE MULTIPLIQUEN SOBRE LA TIERRA.
18 – Y SALIO NOAH, Y CON EL SUS HIJOS Y SU
MUJER Y LAS MUJERES DE SUS HIJOS.
18 – Y SALIO NOAH, Y CON EL SUS HIJOS Y SU
MUJER Y LAS MUJERES DE SUS HIJOS: Sin embargo, Dios le había
indicado un orden diferente, pues había dicho (v. 16): “Sal… tú y tu mujer, y
tus hijos y las mujeres de éstos”. Esta pequeña modificación revela que,
incluso en el momento de salir del Arca, Noah mantuvo la separación de los
sexos y la consiguiente abstinencia que había estado en vigor durante los meses
del Diluvio; y esto a pesar de la autorización que Dios acababa de darles al
respecto. Rabí Yehuda dice que este exceso de piedad llevó a Noé a la
depravación, pues luego se emborrachó y se entregó al incesto. Pero Rabí
Nehemiá replica que sucedió lo contrario; que gracias a su santidad, Noé
mereció, para sí mismo y para sus hijos, la distinción que suele estar
reservada a los hombres santos: la de oírse dirigir personalmente la palabra y
la bendición de Dios. (en el capítulo IX, v. 8) (Rabá c. 35).
19 – SALIERON DEL ARCA TODO ANIMAL, TODO
REPTIL Y TODA AVE, TODO LO QUE SE MUEVE SOBRE LA TIERRA, SEGÚN SUS ESPECIES.
19 – SALIERON DEL ARCA TODO ANIMAL,…..: Rashí explica que los animales
se comprometen a acoplarse con parejas de su misma especie. Esta aclaración
hace también referencia a la sentencia de Rabí Yojanán, que figura en Sanhedrín
108 b:, y que ha sido comentada de varias maneras. La palabra
“le-mish-pejotehem” que subrayan los comentaristas está aquí para
recordarnos en el momento crucial de la salida del Arca y de la entrada de un mundo
nuevo, la importancia fundamental de la prohibición de mezclar las especies,
prohibición que figura ya en el primer capítulo de la Biblia.
20 – Y EDIFICO NOAH UN ALTAR AL ETERNO Y TOMO
DE TODO ANIMAL PURO, Y DE TODA AVE PURA, Y OFRECIO HOLOCAUSTO SOBRE EL ALTAR.
20 – Y EDIFICO NOAH UN ALTAR AL ETERNO: nada podría demostrarnos
mejor este pasaje ̶ el primero en hablarnos
de altar y de holocausto ̶ el alto grado de
significación que revisten los sacrificios y la debilidad de las teorías que
pretenden quitarles importancia.
Durante un año entero Noé se ha dedicado exclusivamente al cuidado y
mantenimiento de los animales del Arca y, sin embargo, he aquí que los
sacrifica en el preciso momento de su liberación! Y este sacrificio tiene un
valor histórico considerable a nivel universal ya que toda la evolución futura
del mundo y de la humanidad, como consta en los versículos 21 y 22, viene a ser
una consecuencia de este acto ritual, o, por decirlo así, la respuesta de Dios
a dicho acto. ¿Qué significado tenía el sacrificio y la erección del altar para
poder suscitar una alianza tan fundamental? Podemos deducir de numerosos
pasajes de la Biblia que el altar es una elevación de tierra construida por el
hombre, lo que explica que Ezequiel lo califique de “montaña de Dios” . Había
que construirlo con piedras, pero su característica fundamental era la de ser
un promontorio levantado por el hombre y dedicado por éste a Dios. Coger una
simple piedra y ofrecer los sacrificios en ella hubiera significado, para el
hombre permanecer al nivel de la naturaleza. En cambio, un altar fabricado por
sus manos expresa su deseo de elevarse por encima del estado de naturaleza para
alcanzar el nivel del ser humano libre que se consagra a Dios a partir de
aquella base natural. Al levantarle un altar a Dios en la tierra restaurada,
Noé, el antepasado de la humanidad futura, quiso hacer de ella un lugar
dedicado al Señor donde los hombres habrían de colocar sus piedras, las unas
sobre las otras, hasta convertir la tierra entera en una montaña sagrada.
Cuando las demás naciones buscaron a sus dioses, creyeron encontrarlo en
la naturaleza, saliendo de la esfera humana. Desde luego, es posible descubrir
también a Dios en la naturaleza pero donde mejor podemos apreciar su esplendor
es en el seno de una vida humana pura y sana. Aquí es donde más cerca le
tenemos. Aquí se revela su amor, mientras que allí, en la naturaleza, revela su
omnipotencia. Así pues, el Mizvéaj es el lugar consagrado por oposición a
la Matzeváh que es sólo una piedra en medio del campo. Esta distinción
tiene una importancia fundamental en la ley judía, hasta el punto de que nos
está prohibido levantar un altar a proximidad de un árbol o incluso utilizar
una viga que recuerde la forma de un árbol para la construcción del edificio
destinado a albergar el altar (S R. Hirsch).
Y OFRECIO HOLOCAUSTOS SOBRE EL ALTAR: lo que incitó a Noé a
presentar esta ofrenda fue el deseo de consagrar la tierra y sus habitantes al
servicio de Dios.
Pero a este deseo él asociaba un sentimiento de infinita gratitud por la
gracia de Dios que acababa de colmarles, a él y los suyos, de tantos bienes,
como subraya le Midrash.
Sin embargo, el Zohar recalca el hecho de que los sacrificios de Noé son
calificados de “holocaustos”. Esta categoría de sacrificios está destinada a la
expiación de pecados cometidos no en acto sino en pensamiento.
Caín y Abel habían ofrecido “ofrendas de homenaje”, y, los
descendientes de Noah, como hace constar el Talmud, no suelen practicar
sacrificios remuneratorios, pues ̶ estos últimos son parcialmente
consumidos por sus propietarios. Pero Noah y sus descendientes no observan las
leyes de pureza prescritas al respecto. (Zebahím 116a ).
¿Cuál fue, pregunta del Zohar, el pecado cometido mentalmente por Noé?
Dudó de la validez eterna de la Alianza que Dios había establecido con él
porque pensaba que no tenía suficientes méritos para compensar los favores que
la Providencia le había otorgado tan generosamente y para justificar el
cumplimiento de dicha Alianza. Además, ante el espectáculo del mundo
devastado por el Diluvio, no pudo evitar los siguientes pensamientos: ¿Cómo es
posible que el Señor, al que consideramos lleno de misericordia y gracia, haya
podido actuar así, tan despiadadamente con sus criaturas? ̶ Y Dios les contesto: ¿Ahora se
te ocurre esta idea? ¿Por qué no me imploraste cuando te anuncié el Diluvio y
te mande construir el Arca? Durante largos años espere que te decidieras a
rezar por tus contemporáneos. Pero desde el momento en que supiste que te ibas
a salvar en el Arca, no se te volvió a ocurrir que podías rezar por los
demás ¡Sólo ahora, cuando la destrucción del mundo es ya un hecho, te
aflige su desolación!
El sentimiento de culpabilidad originado por estas reflexiones fue uno
de los motivos que impulsaron a Noé a ofrecer el Holocausto.
Pero Rashí nos proporciona una explicación que abre perspectivas muy
distintas: Según él, Noé pensó: si Dios me ordenó meter en el Arca siete
parejas de determinadas especies, fue sin duda para que ofreciera sacrificios
con ellas. Bajo este punto de vista, Noé hizo su ofrenda para obedecer a la
discreta incitación del Creador. En efecto, toda la legislación ulterior nos da
a entender que este tipo de práctica ritual es deseada por Dios. ¿No están
acaso definidos los sacrificios como “alimentos de la llama Divina en la
tierra”? El sacrificio es, de todas las manifestaciones del culto, la que Dios
prefiere.
Cuando el altar transforma la ofrenda de carne en una llama etérea que
se eleva hacia el cielo, este sacrificio hecho por amor se convierte en “un
aroma delicioso para el Señor”. Más adelante, el lector encontrará otras
explicaciones más precisas acerca de los sacrificios y de su significado.
Por ahora, nos limitaremos a subrayar la importancia del comentario de
Rashí. En efecto, muchos exegetas e historiadores racionalistas han querido
demostrar que el hombre, desde los orígenes, ha atribuido facultades sensitivas
a la Divinidad y que creyó necesario obsequiarlas con valiosas ofrendas para
ganarse sus favores. Por esta razón le ofreció los objetos de consumo que él
mismo prefería. Esta teoría tiene su confirmación en el hecho de que
los sacrificios de los primeros hombres practicados por orden de Dios sino por
iniciativa de estos mismos hombres. Fue sólo mucho más tarde cuando Dios
prescribió esta forma de culto. Entonces la práctica de los sacrificios estaba
muy difundida entre los paganos y Dios quiso restringirla, limitarla lo más
posible para que los judíos se apartasen progresivamente de ella y eliminases
poco a poco de su mente hasta el más mínimo recuerdo del paganismo.
Esta teoría antropopática está basada en parte en el carácter espontáneo
de los primeros sacrificios. Interpretando la doctrina de Maimónides que se le
aparenta, y defendiéndola contra la de Nahmánides (Guia III, 32) Don Isaac
Abravanel expresa la opinión de que Adám, Caín, Abel y Noé tenían este mismo
concepto del sacrificio. Su práctica desarrollaba en ellos un sentimiento de
humildad y reforzaba su creencia en la existencia de Dios y de la Providencia.
Por esta razón, Dios permitió que subsistiera esta forma de culto, aunque
estuviese mezclada con ciertas concepciones totalmente erróneas.
No obstante, la insuficiencia de esta teoría racionalista ha sido
demostrada en varias ocasiones. Y la opinión de Rashí según la cual el sacrificio
de Noé no fue totalmente espontáneo sino, cuando menos, sugerido por Dios,
resulta particularmente valiosa si la confrontamos con aquellas especulaciones.
En cuanto a los motivos que pudieron inspirarle a Dios semejante “sugerencia”,
los exponeos a continuación.
21 ̶ Y
OLIO DIOS EL OLOR SUAVE; Y DIJO EL ETERNO EN SU CORAZON: “NO VOLVERE MAS A
MALDECIR LA TIERRA POR CAUSA DEL HOMBRE; PORQUE LAS INCLINACIONES EL CORAZON
DEL HOMBRE SON MALAS DESDE SU MOCEDAD; NI VOLVERE MAS A HERIR TODO VIVIENTE,
COMO ACABO DE HACERLO.
21 ̶ Y
OLIO DIOS EL OLOR SUAVE: Rabí Janiná decía: Todo el que se deje
apaciguar por el ambiente creado por el vino, tiene algo del espíritu de su
Creador. Pues imita el buen ejemplo que nos da Dios, a quien le basta oler el
delicioso aroma de la ofrenda de Noé para jurar que no volverá a maldecir el
mundo (Erubín, 65b; según Rashí). “Es piadoso aquel que se enoja difícilmente y
se calma fácilmente” dicen nuestros Sabios (Avot v, 11). El Señor dio muestras
de paciencia durante diez generaciones, de Adám a Noé; estas generaciones no
cesaron de provocar el enojo y, sin embargo, espero hasta Noé para enviar al
Diluvio. Así nos da a entender la Escritura cuán grande es la longanimidad de
Dios. (ib. v, 2) y he aquí que el sacrificio de Noé basta para aplacar instantáneamente
la ira Divina.
“El olor agradable” designa un goce de tipo espiritual. En efecto, el
olfato es, de todos los sentidos, el que proporciona las sensaciones más puras
e inmateriales. ¿Cuál es el objeto que deleita el alma y no el cuerpo? Preguntan
los Sabios. Es el perfume (Ber. 43b; &. com.III, 6) . La palabra
“Nijoaj” que según los unos se deriva de la forma Piel de Nojáh y
según los otros del sustantivo correspondiente a Nóaj significa
satisfacción (Targumín), aplacamiento (Ibn Ezrá) o asentimiento (Hirsch).
idush La satisfacción espiritual que la ofrenda de Noé proporcionó al
Señor se debía al concepto mismo de “sacrificio”. El ideal de Noé era servir a
Dios, y lo encarno en el acto ritual del sacrificio. En efecto, el auténtico
servidor de Dios no es un iluminado, ni un místico, ni un filósofo sutil, ni
tampoco un profeta fanático y exaltado. Lejos de limitarse a oraciones,
creencias, prácticas rituales o mortificaciones, su religión consiste
esencialmente en una dedicación absoluta a Dios; una dedicación sin límites y a
toda prueba. El verdadero servidor de Dios está dispuesto a sacrificarlo todo
por amor a El, tanto su fortuna como la propia vida o a las personas que más
quiere. El sacrificio como aspecto de culto no es sino la materialización de
este delirio de abnegación. Por eso los Sabios dicen: Cuando el
Señor olió el olor que exhalaba el sacrificio de Noé, este olor
recordó (pues el pasado y el porvenir se confunden en la mente del eterno) el
perfume delicioso, que se desprendió de sacrificio de Abrahám, cuando éste se
entregó al horno de fuego ardiente por amor a El, así como aquel otro aroma tan
similar que emanó del sacrificio de Jananiá, de Misael y de Azariá cuando se
precipitaron, ellos también, en el horno, por orden de Nabucodosor; y, por
último, el del sacrificio voluntario de las innumerables víctimas de las
persecuciones, asesinadas para el Kidush Ha(Rabá c. 34). La evocación de todos
estos “aromas” que subieron hasta El desde la tierra a lo largo de los siglos
de la historia, fue lo que determino al Creador concederle su gracia a la
Humanidad a partir de aquel momento, a pesar de que “los impulsos del corazón
del hombre son malos desde su infancia”.
(otro Midrash enseña que, al salir del Arca y al contemplar la
inmensidad del desastre, Noé se deshizo en llanto. Entonces imploró
sinceramente a Dios para que, en lo sucesivo, tratase a la Humanidad con más
indulgencia; y Dios atendió su súplica porque está acompañada de tres
“perfumes”: el del holocausto, el de la oración y el de los méritos del hombre
justo. Por eso más adelante ordenó:”Réaj nijoji tismeru le-hakriv li” (Números
XXVIII, 2), lo que significa: “Procurad ofrecerme el olor (agradable) de Noé,
que es producto de tres perfumes, el del holocausto, el de la oración y el de
las buenas acciones.
Y DIJO EL ETERNO EN SU CORAZON: Hemos subrayado ya en el
Comentario del Capítulo VI (Vers. 5), la importancia de estas expresiones
antropomórficas, tan numerosas en el texto Bíblico. El peligro que
entraña un concepto demasiado corpóreo de la Divinidad es muy
inferior al que supone la reducción de Ser supremo a una nación abstracta,
transcendente y metafísica, mediante especulaciones filosóficas. Es mucho más
importante estar convencido del carácter personal de Dios y del estrecho vínculo
que nos une a El que andar especulando sobre atributos Divinos tales como la
unidad y la incorporeidad, que no tienen más relación con nuestra vida moral
que las fórmulas de álgebra.
Tenemos aquí una expresión paralela a la que fue empleada anteriormente,
antes de que Dios hiciera justicia en la tierra: “va-yit´asev el libó”
.Pero ahora el pasado esta liquidado. La generosidad del amor y de la Clemencia
Divina proclaman aquí la perennidad del género humano. Los Sabios hacen
constar, además que el texto dice “el libo” y no “be-libo” . Este
giro tiene valor de ejemplo para el hombre, que es poseedor del libre albedrío,
pues le enseña a no ser esclavo de sus sentimientos y de sus sensaciones. En
todos los lugares que tratan de personalidades ejemplares, encontramos la
formula : “hablo a su corazón”, mientras que tratándose de impíos, la biblia
emplea la expresión “en su corazón” . En nuestro versículo el texto dice:
“voyemer Adonai el libó” porque todas la “Midot ha-Rajamim” estaban
ante Dios y abogaban por la salvación futura de la Humanidad. Y aunque el mundo
estuviese aún muy alejado de su meta final, como el sacrificio de
Noé dejaba entrever su ardiente deseo de alcanzar dicha meta, Dios proclamó:“no
volveré a maldecir la tierra (Hirsch).
PORQUE LAS INCLINACIONES DEL CORAZON DEL
HOMBRE SON MALAS DESDE SU MOCEDAD: Basándose en las conclusiones de los
doctores del Talmud (Nedarím 32b) Maimónides explica que los instintos
incontrolados operan en el alma del niño mucho antes de que la razón, que se
desarrolla en la edad de la adolescencia, pueda dominarlos (Guía III, 2) Este
orden que sigue la naturaleza constituye en cierto modo una circunstancia
atenuante para las debilidades humanas, y el Creador decide tenerla en cuenta
de ahora en adelante. Por otra parte, las insuficiencias que hemos mencionado
en relación con la edad infantil tiene como consecuencia una limitación
sensible de la responsabilidad legal del niño, limitación que se hace constar
en el tratado talmúdico B.M, 10b.
Hirsch por su parte interpreta este mismo versículo de la manera
siguiente: Aunque la inclinación del corazón humano sea (esta vez también) mala
desde su infancia, no volveré a destruir a los seres vivientes como lo he
hecho, sino que lo educare de acuerdo con el método descrito en el versículo
siguiente.
Por último, Isaac Erama subraya el contraste que existe entre el
versículo 5 del capítulo VI, donde la inclinación del corazón del hombre está
calificada de “mala todos los días” (es decir durante toda la vida) y el pasaje
que estamos explicando, donde se hace hincapié en la época de la infancia. En
efecto, el diluvio fue para los hombres una tremenda lección y, gracias a ella
se hicieron más sabios. Además, las fuerzas del mal suscitadas por el pecado
original empezaban por entonces a perder su virulencia en el alma humana; por
último, la disminución de las energías vitales, que afectaba tanto a las nuevas
generaciones como a la misma tierra, había agravado las condiciones de vida del
hombre y no le permitía abandonarse a los placeres terrenales con la facilidad
de antaño. Por lo tanto, a partir de entonces, el ser humano fue capaz de
alcanzar una perfección moral superior a la que tenía antes del Diluvio,
después de la caída de Adám. La acción de los instintos incontrolados quedo
limitada a la época de la infancia, como había sido previsto inicialmente, y
este mejoramiento de las posibilidades de desarrollo de la vida moral explica
que Dios haya jurado paz eterna a los hombres.
22 ̶ MIENTRAS
DURE LA TIERRA, SIEMBRA Y SIEGA Y FRIO Y CALOR, Y VERANO E INVIERNO, Y DIA Y
NOCHE NO CESARAN.
22 ̶ MIENTRAS
DURE LA TIERRA… : se suele comprender este versículo como la proclamación del
restablecimiento definitivo del ciclo de las estaciones y de los días, que se
había descompuesto durante el Diluvio. Pero esta interpretación implica que los
cambios de estaciones que seguimos teniendo en la actualidad existían ya antes
del Diluvio, lo cual no parece corresponder a las antiguas tradiciones. En
efecto, Rabí Yitshak cuenta que
antes del Diluvio, bastaba con arar la tierra cada cuarenta años; además
reinaba una primavera eterna, y las estaciones, como también las temperaturas,
eran las mismas en todos los continentes. Las comunicaciones se establecían
fácilmente desde un extremo del mundo a otro debido a que los hombres poseían
inmensos recursos físicos y las distancias que separaban actualmente los
continentes no existían todavía (Rabá c. 35). Estas separaciones se produjeron
sólo después del Diluvio y fue poco a poco, y con medios artificiales, como los
hombres consiguieron vencer el espacio.
Por lo tanto, los
cambios de estaciones mencionados en nuestro versículo corresponden al nuevo
orden postdiluviano. Esto explica que Rabí Samuel Ben Nahmán, cuando los
cambios de temperatura le causaban dolores de cabeza, exclamara: “¡Ved lo que
le debemos a la generación del Diluvio! (ib.). La estabilidad de las
condiciones climáticas en la era antediluviana, así como la extraordinaria
longevidad de la que disfrutaban los seres humanos en aquel entonces están
consideradas como las causas esenciales de la depravación general. En cuanto al
cambio que intervino después del Diluvio en la configuración de los continentes
y en la situación atmosférica es un hecho confirmado por los resultados de las
investigaciones geológicas y físico geográficas. Las excavaciones, los fósiles
y los vestigios de los tiempos primitivos demuestran, en efecto, que la
repartición de las estaciones y de las temperaturas era distinta en aquella
época y que las separaciones que existen actualmente entre los diferentes
continentes ̶ océanos, ríos, montañas y desiertos ̶ proceden de una evolución posterior a la Creación del mundo. Una
sentencia talmúdica (Ber. 59a) parece incluso querer explicar el diluvio por
una modificación que intervino en las constitución física de cierta
constelaciones y tuvo como consecuencia un desequilibrio telúrico. De todas
maneras, nuestros Sabios pensaban que los cambios de las estaciones empezaron a
producirse sólo a raíz del Diluvio.
Desde luego, la
tierra había conocido anteriormente otras épocas de evolución, pero entre estas
épocas de cambio mediaban largos periodos de estabilidad que favorecían el
desarrollo de una vida fácil y frívola, ya que exigían muy pocos esfuerzos por
parte de los hombres. Y cuando, debido a estas largas épocas de
despreocupación, se fue acumulando el mal en la tierra y en la Humanidad se fue
llenando de “viejos ricos, opulentos e inmorales”, se hizo inevitable la
destrucción masiva del mundo.
A partir del
Diluvio, el plan de educación de la Humanidad destinado a asegurar la
permanencia de la vida en la tierra y a evitar el recurso a semejantes
catástrofes se basó en la alternativa simultánea de las estaciones y de los
climas. El desmembramiento de las tierras en diversos continentes y territorios
estaba incluido también en el cambio fundamental que anuncia aquí solemnemente
nuestro versículo.
Estas nuevas
condiciones geográficas y climáticas pusieron al hombre en un estado de
dependencia. Ya no bastaba, en efecto, con “sembrar cada cuarenta años”. Al
contrario, los cambios continuos registrados por la naturaleza y el
debilitamiento de esta en relación con su estado antediluviano, exigían por
parte del hombre un esfuerzo constante. Además, este orden nuevo originó la
aparición de individualidades más complejas y, por tanto, diferenciadas en
cuanto a la práctica del bien y del mal. Por último, la sucesión más frecuente
y más rápida de los fenómenos naturales tuvo otra consecuencia más: la reducción
de la vida humana: Desde el final del Diluvio, la duración de ésta paso a ser
poco más o menos la misma que en la actualidad. Este comportamiento de la vida
impuso un límite infranqueable a los malos instintos, consiguiendo que nunca
más volviesen a triunfar. En efecto, el más poderoso de los tiranos no pudo
desde entonces conservar su cetro durante más de cincuenta años. Mientras los
hombres vivían setecientos y ochocientos años, los jóvenes, que suelen ser más
puros y nobles que sus mayores, no tenían la posibilidad de imponer su ideal y
de promover el progreso moral de la Humanidad. (A partir del Diluvio), el nuevo
orden social hizo posible que los elementos geniales se afirmaran y que las
puertas de un futuro esperanzador se abrieran para la juventud.
Así pues, el proceso de educacional de la humanidad entra ahora en una
nueva fase basada en la diversidad de los individuos y, a un nivel más general,
en la diversidad de las naciones, la cual se ve favorecida por la separación de
los continentes. Las generaciones van a sucederse a un ritmo más rápido y por
lo tanto, las generaciones degeneradas no podrán perdurar sino que serán
sustituidas por pueblos jóvenes y robustos, de ta manera que a lo largo de los
milenios de la historia la degradación moral nunca podrá extenderse sobre la
totalidad de la tierra (Hirsch).
Continuaremos en la próxima parte con el CAPITULO IX que comienza así:
1
– Y BENDIJO DIOS A NOAH Y A SUS HIJOS, Y LES DIJO: PROCREAD Y MULTIPLICAOS...
Fragmentos tomados de la Parashat Noaj Comentada por el Rab. Eli Munk
Trabajamos en conjunto con http://proyectojai.com/
Estudios Noajidas Venezuela Siete Leyes de los hijos de Noé Benei Noaj Noajismo 7 Leyes Noajidas
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