Noé 4


                       Noé 4

5 – NOE HIZO TODO LO QUE LE ORDENÓ EL ETERNO.

5 – NOE HIZO TODO LO QUE LE ORDENÓ EL ETERNO: la frecuente repetición de esta observación recalca el hecho de que Noé no actúa según su inspiración o de acuerdo con sus propios planes, a la hora de salvar su vida y la de su familia; sino que se limita a hacer lo que Dios le ha ordenado. Pero esto lo hace puntualmente, como quien confía totalmente en Dios. Cuando la Escritura nos habla de la obediencia de los justos a la Palabra Divina, a menudo insiste en ello citando la frase de nuestro versículo. De esta manera nos recuerda un principio muy importante:  Más grande es el que actúa por obediencia que el que actúa por iniciativa propia. Contrariamente a lo que se suele pensar, el acto ejecutado para cumplir la Voluntad Divina es el que más valor tiene; en cambio, el que se deriva de un impulso personal no rebasa la esfera de la subjetividad. Por esta razón, cuando realizamos un acto moral o religioso, insistimos en el hecho de que estamos cumpliendo la voluntad de Dios. 

6- Y NOAH TENIA SEISCIENTOS AÑOS CUANDO CAYO EL DILUVIO SOBRE LA TIERRA.
 6- Y NOAH TENIA SEISCIENTOS AÑOS CUANDO CAYO EL DILUVIO SOBRE LA TIERRA: El año sexcentésimo tiene el mismo significado para las generaciones antediluvianas que el sexagésimo para las generaciones postdiluvianas: es la “edad de la sabiduría” (&. Avot V, 21; Tos.) Para merecer el calificativo de Jikédet Tamím y para que Dios le considerase  digno de reconstituir la cadena de las generaciones, Noé, al alcanzar la edad de seiscientos años tuvo que adquirir la corona de la sabiduría: Keter Jojma. El Zohar añade que hacia el sexcentésimo año del sexto milenario (lo que corresponde a la segunda mitad del siglo 19), “se abrirán las compuertas del cielo” para derramar sobre la Humanidad un caudal de nuevos conocimientos que le permitirán hacer descubrimientos asombrosos y acceder a las Verdades Eternas.

7 – Y ENTRO NOAH EN EL ARCA, Y CON EL SUS HIJOS, Y SU MUJER, Y LAS MUJERES DE SUS HIJOS, A CAUSA DE LAS AGUAS DEL DILUVIO.
7 – Y ENTRO NOAH EN EL ARCA, Y CON EL SUS HIJOS… Los versículos 6 al 11 hacen referencia al versículo 5, es decir que entran en pormenores sobre la manera en que Noé aplicó las órdenes de Dios (Nahmánides). La interpretación de Rashí según la cual Noé era un hombre de poca fe y entró en el Arca sólo cuando las aguas empezaron a empujarle ha sido impugnada por Rabí Kimjí, Ibn Ezrá y Najmánides quienes traducen la expresión “Mi-pené me ha-Mabul” por: “por miedo a las aguas del Diluvio” (y no por: “ante la amenaza de las aguas del Diluvio”).

8 – DE LOS ANIMALES PUROS, Y DE LOS ANIMALES QUE NO SON PUROS, DE LAS AVES, Y DE TODO LO QUE SE ARRASTRA SOBRE LA TIERRA.
8 – …DE LOS ANIMALES QUE NO SON PUROS: “La boca del hombre nunca debe preferir una palabra vulgar, pues la Escritura se ha expresado mediante un rodeo, y ha añadido ocho palabras para no decir; animales impuros” (Pesajím 3a). Por esta razón sigue siendo habitual el empleo de una circunlocución en los casos en que el objeto a designar  es inmundo, indecente u odioso. Existe sin embargo una excepción: En algunos capítulos del Levítico, la determinación de la Ley exige el empleo de un lenguaje categórico y directo.

9 – DE DOS EN DOS VINIERON A NOAH EN EL ARCA, MACHO Y HEMBRA, COMO DIOS SE LO ORDENO A NOAH.
9 – COMO DIOS SE LO ORDENO A NOAH: en la frase similar que figura en el versículo 5, Dios es llamado; YHVH mientras que aquí se le designa con el nombre Elohim.
En aquel versículo, la orden Divina estaba relacionada con la entrada en el Arca de Noé y de su familia; en cambio los versículos 8 y 9 tratan de la entrada de los cuadrúpedos, de las aves y de los reptiles.
El Dios que le dicta órdenes a los hombres es el mismo que manda sobre los animales de la naturaleza, por lo tanto:YHVH es también Elohim. La palabra Divina reina por igual en la esfera libre de los hombres y en la de las leyes que gobiernan la naturaleza. Así pues, Dios le dictó sus órdenes a Noé para que las cumpliera haciendo uso de su libre albedrío, y también condujo hacia él a los animales de tal manera que pudiera ejecutar la misión que le había encomendado.

10 – Y ACONTECIO QUE AL CABO DE SIETE DIAS LAS AGUAS DEL DILUVIO FUERON SOBRE LA TIERRA.
10 – …AL CABO DE SIETE DIAS… El relato que sigue, con su abundancia de presiones cronológicas, nos demuestra que todo se desarrolló puntualmente, de acuerdo con las predicciones de Dios. En efecto, la catástrofe dista mucho de ser el producto de las fuerzas ciegas de la naturaleza; muy a lo contrario, al igual que los milagros de Egipto, que siempre están anunciados con antelación, el Diluvio se debe a la intervención de la Providencia Divina. Este diario o informe escrito por Noé, atestigua, contrariamente a la tesis científica que reduce el Diluvio a un fenómeno puramente natural, la existencia de dos factores que obedecen ambos fielmente a la Voluntad Divina: Noé, por un lado, y la naturaleza ciega, por el otro. Tanto el ave que vuela por los aires como el gusano que repta por la tierra supieron encontrar a Noé, como Dios se lo había prescrito, y presentarse en el Arca “por parejas, macho y hembra”, es decir en un orden que no tenía nada de natural. Del mismo modo, las lluvias torrenciales invadieron la tierra solo cuando Dios les dio la señal y en la fecha fijada por El. (Hirsch). El versículo siguiente deje entrever más aun el carácter sobrenatural de la catástrofe.

11  –   A LOS SEISCIENTOS AÑOS DE LA VIDA DE NOAH, EN EL SEGUNDO MES, A LOS DIECISITE DIAS DEL MES, EN ESE MISMO DIA FUERON ROTAS TODAS LAS FUENTES DEL GRAN ABISMO, Y LAS VENTANAS DE LOS CIELOS FUERON ABIERTAS.
11  –   EN EL SEGUNDO MES… Jeshván, según Rabí Eliezer, e Iyar, según Rabí Yehoshúa (Rashí). Este último opina que el diluvio empezó en primavera, y en el día diecisiete del mes, “día en que se borra la constelación de las Pléyades y en que los manantiales disminuyen”. Por tanto, la intervención de la Providencia fue necesaria para desencadenar la caída masiva de las aguas. En cuanto a Rabí Eliezer, quien sitúa el principio del Diluvio en otoño, también admite que era necesario un acto sobrenatural para que las aguas alcanzasen una temperatura muy elevada, “pues habían pecado con ardiente pasión y fueron castigados con aguas ardientes” (Rosh Hashaná 11b).
Por lo tanto, concluyen Isaac Erama (Akedath, C. 13) y Maharal : están muy equivocados los que, como Rabenu Levy Ben Guershon se empeñan a toda costa en negar el acto providencial allí donde el milagro es manifiesto (P. ej. Josué X, 13 o II Reyes XX,9), y prefieren reducir la solicitud Divina a un fenómeno puramente natural. El hecho de que “todos los manantiales del inmenso abismo y de las cataratas del cielo” hayan brotado al mismo tiempo es un indicio más del carácter sobrenatural del Diluvio (Malbím). 

12 –  LA LLUVIA CAYO SOBRE LA TIERRA CUARENTA DIAS Y CUARENTA NOCHES.
12  –  LA LLUVIA CAYO SOBRE LA TIERRA: La palabra “Ha-guéshem” lleva un artículo definido, lo que da a entender que esta lluvia ha sido mencionada ya anteriormente. En efecto, la encontramos al principio de la Creación como lo explica Rabí Levy: “Al principio de la Creación del mundo, sólo las aguas glorificaban a Dios, como está escrito: Desde el tumulto de las aguas profundas, desde las olas potentes del Océano se eleva la alabanza: El Eterno es Todopoderoso en las alturas (Salmo XCIII, 4). Esto se parece a la historia del rey que construyó un palacio y puso criados mudos en él. Ellos le rindieron homenaje con signos y gestos. Entonces el rey pensó: ¡Cuán grande sería mi gloria si instara en mi palacio a unos criados capaces de hablar! Pero cuando lo hubo hecho, los nuevos criados declararon: Este palacio no es del rey, es nuestro. Entonces el rey decidió que regresaran los empleados mudos. Con el mundo sucedió lo mismo. Cuando Dios recibió el homenaje de las aguas profundas, se dijo: Si estos elementos que no tienen boca ni palabras me glorifican, ¡Cuán mayor será el homenaje que me rindan los hombres, cuando los haya creado! Pero las generaciones no cesaron de rebelarse contra Dios… Por lo que Dios declaró: ¡Que los hombres desaparezcan y cedan el puesto a las aguas que llenaban la tierra anteriormente” (Rabbá C. 5).
Además, es comprensible que las primeras en precipitarse hayan sido las “fuentes del inmenso abismo”, ya que fueron “las aguas de abajo” las que, tras cubrir la superficie de la tierra en los inicios de la Creación, se vieron luego obligadas a refluir hacia el océano. “Las aguas de arriba”, en cambio, no tenían ninguna prisa por abandonar la situación privilegiada que ocupaban alrededor del trono celestial (Ex. Rabá C. 15).

13  ̶  EN AQUEL MISMO DIA ENTRO EN EL ARCA NOAH, CON SHEM, HAM Y YEFETH, HIJOS DE NOAH Y CON ELLOS LA MUJER DE NOAH, Y LAS TRES MUJERES DE SUS HIJOS.
13   ̶  EN AQUEL MISMO DIA: (& Rashí, Deuteronomio XXXII, 48).
HIJOS DE NOAH Y CON ELLOS LA MUJER DE NOAH: El nombre De Noé esta repetido tres veces en este versículo. Cuando queremos a una persona nos gusta pronunciar su nombre a menudo; en cambio, cuando odiamos a alguien, evitamos hacerlo, como lo demuestran el ejemplo de Saúl, enemigo de David (I. Sam. XX, 27) y el de los enemigos de Mordejáy (Esther VI, 3).

14   ̶   ELLOS, CON TODA FIERA SEGÚN SU ESPECIE, Y TODA BESTIA SEGÚN SU ESPECIE, Y TODO REPTIL QUE SE ARRASTA SOBRE LA TIERRRA, SEGÚN SU ESPECIE, Y TODA AVE SEGÚN SU ESPECIE, TODO PAJARO, TODO ALADO.

15   ̶   ASÍ VINIERON A NOAH EN EL ARCA, DE DOS EN DOS, DE TODA CARNE QUE TIENE EN SI HALITO DE VIDA.
15   ̶   ASÍ VINIERON A NOAH EN EL ARCA: El hombre reviste aquí su más alta dignidad: Todos los animales van hacia él, pues en él reconocen a su salvador y protector.

16   ̶    Y LOS QUE ENTRARON, MACHO Y HEMBRA ENTRARON DE TODA CARNE, SEGUN LO QUE HABIA MANDADO DIOS; Y EL ETERNO CERRO TRAS EL (LA PUERTA)
16   ̶   Y EL ETERNO CERRO TRAS EL LA PUERTA: Es al hombre a quien corresponde acoger a los seres vivientes en el arca, pero es al Eterno, sólo al Eterno, a quien corresponde “cerrar la puerta”. ¿Qué hombre, en efecto, se hubiera atrevido a afirmar que no había más criaturas dignas de entrar en el Arca de la Salvación?

17   ̶    Y FUE EL DILUVIO CUARENTA DIAS SOBRE LA TIERRA; Y CRECIERON LAS AGUAS, Y ALZARON EL ARCA, LA CUAL SE LEVANTO DE SOBRE LA TIERRA.
17   ̶    Y FUE EL DILUVIO CUARENTA DIAS SOBRE LA TIERRA: “Las aguas siguieron creciendo pasado este plazo de tiempo y levantaron el Arca después” (Ibn Ezrá). Según Rashí, en cambio, las aguas aumentaron “por si mismas” durante los cuarenta días, fenómeno que algunos explican por su impetuosidad natural y otros por el hecho de que su elevada temperatura dilató su volumen (&. V. 11). Rabí Ch. Benattar, por su parte, opina que las aguas aumentaron por iniciativa propia porque deseaban ardientemente cumplir a la perfección la orden de Dios.

18   ̶  Y PREVALECIERON LAS AGUAS Y CRECIERON EN GRAN MANERA SOBRE LA TIERRA;  Y ANDABA EL ARCA SOBRE LA HAZ DE LAS AGUAS.

19   ̶  Y LAS AGUAS PREVALECIERON MUY MUCHO SOBRE LA TIERRA, Y FUERON CUBIERTAS TODAS LAS ALTAS MONTAÑAS QUE HABIA DEBAJO DE TODO EL CIELO.    

20   ̶  QUINCE CODOS SOBRE ELLAS PREVALECIERON LAS AGUAS, Y FUERON CUBIERTAS LAS MONTAÑAS.

21   ̶    Y PERECIO TODA CARNE QUE SE MOVIA SOBRE LA TIERRA, ASÍ DE AVE COMO DE BESTIA, Y DE FIERA, Y DE TODO REPTIL QUE SE ARRASTRA SOBRE LA TIERRA; Y TODA LA HUMANIDAD.

21   ̶    Y PERECIO TODA CARNE QUE SE MOVIA…: Perecieron las aves, el ganado, las bestias salvajes, y los insectos; y, mientras tanto, la especie humana seguía viviendo; pues el Eterno aplazó la destrucción de esta hasta el último momento  ̶  como si se tratase de un acto contrario a su voluntad  ̶  con la esperanza de que los hombres  se arrepintieran. El orden inverso que figura en el versículo 23 no es más que el resumen de lo que la Escritura ha enumerado anteriormente.

22  ̶   TODO LO QUE TENIA EN SUS NARICES HALITO DE ESPIRITU DE VIDA, DE CUANTO HABIA EN LA TIERRA SECA, MURIO.
22  ̶   HALITO DE ESPIRITU DE VIDA: Aunque la palabra “Neshamá” se aplica sólo al alma de hombre, como nuestro versículo se refiere al conjunto de las criaturas, Rashí atribuye aquí a esta expresión el sentido de “respiración” y propone la traducción siguiente: Todo lo que tiene alimento de vida. Sin embargo, la Masorá nos recuerda los cuatro lugares de la Escritura donde figura esta palabra: El primero es el que trata de la Creación del hombre: el segundo corresponde a nuestro versículo; el tercero, es un pasaje de los Proverbios (XX, 27)  y el último, un versículo de Isaías (XXX, 33) que nos dice a propósito del rey de Asiria: “El alma Divina era (para él) como un torrente de azufre donde se consumía”. Estos cuatro pasajes nos indican cuales son los destinos del alma en la tierra. Dios se la “insufló” el hombre “en las narices” al principio de la creación (Gén. II, 7); pero “el alma del hombre  ̶  precisa la sentencia de los proverbios  ̶  es una Luz Divina que penetra en todos los repliegues del cuerpo”; es decir que no debe limitarse “al rostro del hombre” (be-apáv significa narices o rostro) sino que debe santificar todo su ser, penetrando hasta en lo más recóndito de su persona física. En el caso del rey de Asiria quien se había condenado a la perdición, el alma se convirtió en un “torrente de azufre donde se consumía”.
En cuanto a la generación del Diluvio, no cumplió su cometido, no supo imponer la dominación del alma a todas las partes del cuerpo. Por esta razón, tuvo que desaparecer. Esto es lo que nuestro versículo sugiere cuando dice: “Todo lo que tiene el alma viviente (sólo) en el rostro, debe perecer”.

DE CUANTO HABIA EN LA TIERRA SECA, MURIO: Rashí comenta: los peces del mar se salvaron. (Existen varias interpretaciones al respecto): Algunos dicen que también los peces estaban condenados a la exterminación, pero que se refugiaron en el océano (Rabá C. 32). Según Bahyá, los peces se beneficiaron de la bendición especial que Dios les concedió en el momento de su creación y que había de protegerlos eternamente (Gén. I, 22). Otra tradición especifica que los peces no “corrompieron sus caminos” efectuando acoplamientos entre especies diferentes, como las otras criaturas. Por último los cabalistas enseñan que las leyes relativas a la vida social y sexual les fueron dictadas a todos los hombres y animales de la tierra a excepción de los animales acuáticos.
Rashí alude a esto cuando explica por qué el Salmo LXXXII ha sido denominado Salmo del tercer día: en este día, dice fue creada la tierra firme donde había de reinar la justicia y la ley. (Tamid. 33). Por esto Dios no castigó a los peces como a los hombres y a los demás animales.
Estas opiniones, tan diversas las unas de las otras, desembocan sin embargo en la misma conclusión, conclusión que además ha sido corroborada por el Talmud. (Zebahim 113, a) y según la cual los peces no se vieron afectados por el cataclismo universal. Se comprende, por tanto, que los fósiles de la época geológica correspondiente al Diluvio, presenten generalmente huellas de cuadrúpedos, y no de animales acuáticos.

23 – Y EL BORRO TODA SUSTANCIA VIVIENTE QUE HABIA SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA, DESDE EL HOMBRE HASTA LA BESTIA, HASTA EL REPTIL Y HASTA EL AVE DEL CIELO; Y FUERON BORRADOS DE LA TIERRA; Y QUEDO SOLAMENTE NOAH Y LOS QUE CON EL ESTABAN EN EL ARCA.
23 – Y QUEDO SOLAMENTE NOAH: Tras la desaparición de sus contemporáneos en comparación con los cuales Noé había sido calificado de “justo perfecto”, no quedo más que Noé a secas, un Noé solo ante Dios. Este Noé se ve despojado de sus atributos por no haber conseguido salvar a sus semejantes.
Ibn Ezrá interpreta esta frase de otra manera. Según él, significa que también el territorio de Israel fue sumergido por las aguas del Diluvio, ya que nada subsistió en el mundo excepto el Arca de Noé. A propósito de un pasaje del profeta Ezequiel (XXII, 24) que admite varias interpretaciones, una controversia opone, al respecto, a Rabí Shimón Ben Lakish y a Rabí Yojanán (Zebahím, Ibid.). Este último enseña que la tierra de Israel no fue inundada por el Diluvio, pero que sus habitantes perecieron a consecuencia del calor intenso que se desprendía de aquellas aguas hirvientes. Es cierto que (de ser así) Noé y su familia pudieron refugiarse en las altas montañas de su país; no obstante, Dios quiso imponerles la ardua tarea de construir el Arca por considerar que esta obra les serviría de advertencia a los contemporáneos de Noé. Otra tesis, que ha sido adoptada por Nahmánides, sugiere que, aunque la tierra de Israel no se vio afectada por las lluvias torrenciales y las olas del abismo, fue sin embargo inundada por las aguas diluvianas de los países limítrofes, dado que no había ninguna barrera para contener semejante invasión. Así pues, la vegetación no desapareció allí de la misma manera que en los demás países; los árboles permanecieron en pie.
Lo que salvó a la tierra de Israel no fue la virtud de sus habitantes, sino el hecho de que constituye la prolongación en este mundo del trono de la Majestad Divina (Bahyá). Sobre ella “el Eterno siguió siendo Rey, incluso en medio del Diluvio” (Salmo XXIX, 10).


24 – Y PREVALECIERON LAS AGUAS SOBRE LA TIERRA CIENTO CINCUENTA DIAS.
24 – Y PREVALECIERON LAS AGUAS SOBRE LA TIERRA CIENTO CINCUENTA DIAS: En todos los pueblos del mundo  ̶  excepto los nórdicos y los tropicales  ̶  existen relatos concordantes sobre el Diluvio. La tremenda catástrofe se desencadenó en Babilonia en el año 1656 contando a partir de la Creación, es decir en el año 2104 de la era común. Estas fechas corresponden poco más o menos a la de los datos mitológicos que poseemos. Las leyendas que se difundieron en la Antigüedad acerca de la dicha catástrofe presentan muchos puntos comunes con la versión bíblica, versión que, por lo demás, ha sido plenamente confirmada por los descubrimientos arqueológicos de nuestra época. Pero el relato más parecido al de la Biblia es el que figura en un texto airo-babilónico conocido bajo el nombre de “poema de Gilgamesh”. Este personaje, héroe de Uruk (Babilonia) aprende la historia del Diluvio de su antepasado Uta  ̶ Napishtím (Día de vida) que es el Noé babilónico. Existen muchas tesis contradictorias en torno a este tema casi universal del Diluvio. Sin embargo, aunque no carecen de interés, los diferentes métodos científicos o comparativos (que se han aplicado en la investigación) y que llevan la huella de los sistemas filosóficos de sus respectivas épocas, se han derrumbado tan pronto como se han edificado. Ninguno de ellos nos ha permitido enriquecer los conocimientos que nos proporciona el texto bíblico.
Por otra parte hay diferencias ideológicas fundamentales entre las versiones mitológicas y la de la Escritura: El politeísmo, el terror manifestado por los dioses ante el desastre, y el carácter de decisión que éste reviste, se opone al Dios único que relaciona al Diluvio con la noción de pecado y lo remata con una Alianza perpetua. La palabra Divina traduce los grandes principios de la vida universal “en el lenguaje de los hombres” es decir en hechos que se insertan realmente en el proceso de la historia. Contrariamente a los pueblos politeístas quienes han deformado la realidad y han inventado la mitología que es “la perversión de la historia”, la Biblia ha sido el único texto en respetar la autenticidad de los hechos y conservar su verdadero significado. “El relato bíblico sigue teniendo hoy la capacidad de despertar la conciencia del mundo. Ha sido escrito con este propósito moral pedagógico. Las leyendas extras bíblicas no saben nada de todo esto” (A. Jeremías).

En la próxima parte estudiaremos el Capitulo VIII que comienza así:

1 -  Y ACORDANDOSE DIOS DE NOAH, Y DE TODOS LOS ANIMALES , Y DE TODAS LAS BESTIAS QUE ESTABAN EN EL ARCA, E HIZO PASAR DIOS UN VIENTO SOBRE LA TIERRA...



Sigue esta lectura en Noé V



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