Prueba de Fe


Prueba de Fe

Este mundo es una “Escuela de fe”. Toda la finalidad de la vida del hombre es aprender la fe, y por lo tanto, todos los sucesos que nos ocurren en nuestra vida cotidiana son exámenes de fe.
Entre más fuerte es la prueba de fe que tiene una persona, más indica que la persona es especial, ya que Di-s no manda una prueba a alguien que no la puede pasar.
Muchas veces puedes pensar que tus pruebas son imposibles, debes saber que todas son posibles y que tienes el potencial para vencerlas. ¿Es agobiante? Sí. Pero el crecimiento después de el esfuerzo es muy grande también.
Un niño tiene que caer miles de veces antes de aprender a caminar; no importa cuántas veces caigas… Lo importante es levantarse.
Muchas veces la prueba no es sólo pasar una tentación en sí, sino al no pasarla, ¿cuál es tu reacción? ¿qué haces después? ¿Te desanimas tanto que sientes que da igual si vuelves a caer? ¿O tratas de hacer un esfuerzo para levantarte y crecer?

Recuerda, si tu pruebas son fuertes, ¡Sólo es porque eres especial y puedes!


        

¿Qué es la fe?


Cada suceso que el hombre entiende por su propio razonamiento que es para bien, todavía no es suficiente para decir que posee la fe que “Todo es para bien”. Porque lo que se entiende por medio del intelecto, no tiene relación alguna con la fe. La esencia de la fe está sólo en el lugar donde la razón cesa y no se entiende con el intelecto. Dicho de otro modo, donde la razón del hombre le dice que algo es malo, y se desprende de ella y cree que es para bien, se alegra y Le agradece al Creador con todo su corazón – sólo entonces se puede decir que posee la fe que “Todo es para bien”.
Cuando al hombre le sucede algo que contradice a su voluntad, él debe anularla frente a la Voluntad Divina. Y esto es imposible realizar sin la creencia que “Todo es para bien”, porque ¿quién aceptará que le llegue algo malo? Pero por medio de esta creencia, el hombre entiende que el Creador tiene un determinado motivo para cada cosa. Sólo Él sabe su camino y por lo tanto, con la fuerza de esta fe puede anular su voluntad frente a la de Él, recibiendo con amor todo lo que debe pasar en este mundo.


La respuesta a todas las preguntas, existe una sola y única respuesta a todas las preguntas – La FE.
La fe se parece a una llave maestra que abre todos los cerrados dilemas de la vida y por medio de ella la respuesta es simple y bien entendida: el universo posee un supremo y todopoderoso Creador que cuida de cada uno de nosotros en una forma exacta, hecha a medida según nuestras específicas necesidades, y es lo que se llama Divina Providencia o Supervisión Individual. Él es Quien determina las condiciones exactas en las que viviremos: en el seno de qué familia naceremos, con quién nos casaremos, cómo será nuestro aspecto, cuáles serán nuestras cualidades y carácter, cuántos hijos tendremos, cuánto dinero poseeremos, quiénes serán nuestros amigos y conocidos, y muchos más datos como arena hay en el mar.
Y no sólo en forma general, sino también en la vida cotidiana, en cada instante, todo está dirigido desde lo Alto en una Supervisión Individual. Es el Creador quien decreta cuándo el hombre prosperará y cuándo fracasará, cuándo será bien recibido y cuándo será despreciado y desdeñado, a quién encontrará y con quién tropezará, e infinitamente más y más detalles. Como está escrito en los Salmos (105:7): “Él es el Eterno nuestro Di-s, sus Juicios están en toda la Tierra” – que significa que todo lo que sucede diariamente en el universo – los éxitos en contraste con los fracasos; la alegría y salvación de unos en contraste con las desgracias y los tormentos que caen sobre otros, todo esto hace parte de los Juicios del Creador, en los cuales son juzgadas las criaturas cada día y cada hora, en general y en particular.
Y debemos saber, que la Supervisión del Creador es siempre para el bien eterno de cada hombre, para guiarlo al objetivo, al rango y a la buena y eterna finalidad para la que fue creado. Cada dato de la vida del hombre, sin excepción, está bajo una exacta Supervisión Individual, sin ningún error y no por azar, según lo que el hombre verdaderamente necesita para llegar a su meta y a su corrección espiritual.

“De tus heridas, Yo te sanaré” (Jeremías 30:17)
Un hombre que sufre una enfermedad, está en una prueba de fe. Debe actuar según las “Tres Reglas de la Fe”:
a) Debe saber que el Creador lo enfermó, y no debe atribuir la enfermedad a causas naturales o a errores que cometió.
b) Debe saber que es para su bien eterno, y debe agradecer al Creador.
c) Debe auto-examinarse y buscar por qué transgresión le llegó esa enfermedad y arrepentirse. Sólo después, lo apropiado es que rece al Creador para que lo cure.


La falta de fe es la única dificultad
Un hombre privado de fe atraviesa todo tipo de crisis, tropieza con todo tipo de obstáculos. Al mismo tiempo acusa a su mujer,a su familia, al cobrador, a los bancos, etc.  Vive con rabia y piensa en la venganza, se siente totalmente desgraciado, despreciable y quebrado. Pero si poseyera fe, comprendería que precisamente por el contrario, debe reforzar su trabajo sobre sí mismo con buena voluntad y energía, para no repetir los mismos errores que destruyen la paz hogareña, y debilitan la fuerza espiritual necesaria para triunfar en la vida.


Un nuevo comienzo
Debemos saber que, en verdad, si un hombre llegó a esta situación grave, es solamente por los grandes errores que ha cometido. Pero ahora, después de lo que ha pasado, si así lo desea, puede comenzar a andar por el camino de la fe, pasar la prueba con éxito y corregir todo. Si se fortalece con fe y sin confusión, verá la Supervisión Divina con toda claridad y cómo esta nueva situación es completamente para su bien.


Algunos Fragmentos fueron tomados del libro:

"El Jardín de la Fe" de Rabí Shalom Arush.

Trabajamos en conjunto con http://proyectojai.com/

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