Noé 12



11 – Y VIVIO SHEM, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A ARPAJSHAD, QUINIENTOS AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.

12 – Y ARPAJSHAD VIVIO TREINTA Y CINCO AÑOS, Y ENGENDRO A SHELAH.


13 – Y VIVIO ARPAJSHAD, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A SHELAH, CUATROCIENTOS TRES AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.

14 – Y SHELAH VIVIO TREINTA AÑOS Y ENGENDRO A EVER. 

15 – Y VIVIO SHELAH DESPUES DE HABER ENGENDRADO A EVER, CUATROCIENTOS TRES AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.

16 – Y VIVIO EVER TREINTA Y CUATRO AÑOS, Y ENGENDRO A PELEG.


17 – Y VIVIO EVER, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A PELEG, CUATROCIENTOS TREINTA AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.

18 – Y VIVIO PELEG TREINTA AÑOS, Y ENGENDRO A REU.

19 – Y VIVIO PELEG, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A REU DOSCIENTOS NUEVE AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.


20 – Y VIVIO REU TREINTA Y DOS AÑOS, Y ENGENDRO A SRUG.

21 – Y VIVIO REU, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A SRUG, DOSCIENTOS SIETE AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.

 22 – Y VIVIO SRUG TREINTA AÑOS, Y ENGENDRO A NAHOR.


23 – Y VIVIO SRUG, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A NAHOR, DOSCIENTOS AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.


24 – Y VIVIO NAHOR VEINTINUEVE AÑOS, Y ENGENDRO A TERAH.

25 – Y VIVIO NAHOR, DESPUES DE HABER ENGENDRADO A TERAH CIENTO DIECINUEVE AÑOS, Y ENGENDRO HIJOS E HIJAS.

26 – Y VIVIO TERAH SETENTA AÑOS, Y ENGENDRO A AVRAM, A NAHOR Y  A HARAN.
26 – Y VIVIO TERAH SETENTA AÑOS:… Sus dos hijos mayores, Abrahám y Najor nacieron en Mesopotamia, mientras que Haran vino al mundo en Haran y murió también allí. La tradición le atribuye a Terah el rasgo de oficial del ejército, cargo que desempeñaba al servicio del rey de Ur (Sefer Hayashar).
Las recientes excavaciones efectuadas en la antigua Ur, ciudad de Caldea, nos han permitido esbozar un cuadro bastante completo de las condiciones de vida que existían en la época de Abrahám. La ciudad de Ur, una de las más antiguas, tenía ya 250000 habitantes y estaba consagrada a una divinidad lunar: Nanar. Allí se adoraban innumerables ídolos pero Nanar era el dios supremo. Le habían dedicado una torre de tres pisos de forma piramidal, que ya existía en los tiempos de Abrahám. Casi todas las casas contenían una capilla y un altar consagrados a algún dios doméstico. Así pues, la religión de Ur era un politeísmo bastante grosero. En algunos textos se conservan los nombres de 5000 divinidades sumerias (o 5000 nombres correspondientes a una infinita variedad de divinidades) cuyo jefe era el dios luna. Este dios, sin embargo, no solía preocuparse por las necesidades cotidianas del pueblo. La versión de nuestros Sabios (que aparece, por primera vez, en el libro apócrifo los Jubileos), según la cual Terah fue un fabricante de ídolos (hecho que no excluye la tradición precitada del Sefer Hayashar) concuerda perfectamente con estos datos históricos. En efecto el comercio de los ídolos debía ser un oficio lucrativo en una época en la que cada persona adoraba a su propio ídolo en su hogar. Algunos historiadores piensan que Terah salió de Ur cuando, tras ser conquistada por Hamurabí de Babilonia, la antigua capital caldea fue víctima de incursiones militares que bloquearon los caminos y arruinaron el comercio. Fue entonces cuando Terha planeó marcharse a Palestina, pero se detuvo a medio camino, en Haran. Esta ciudad estaba situada al oeste, en la carretera de Mesopotamia, en la encrucijada de las grandes rutas comerciales que se dirigían hacia Babilonia, al sur, hacia Ninive, al este, y hacia Damasco, al oeste. Por lo tanto, correspondía a las aspiraciones del mercader Terah, y, además, le ofrecía la ventaja de ser la segunda ciudad importante de Mesopotamia cuyo patrón era el dios luna que Terah había adorado ya en Ur.

27 – Y ESTAS SON LAS GENERACIONES DE TERAH: TERAH ENGENDRO A AVRAM, A NAHOR Y HARAN; Y HARAN ENGENDRO A LOT.


28 – Y MURIO HARAN, EN VIDA DE SU PADRE TERAH, EN LA TIERRA DE SU NACIMIENTO, EN UR, DE LOS KASDEOS.
28 – …EN UR, DE LOS KASDEOS:… Sería sumamente interesante saber de qué manera Abrahám concibió el ideal que se convirtió posteriormente en el patrimonio espiritual de la Humanidad. La Toráh adopta una actitud extremadamente discreta al respecto. Parece querer cubrir con un velo de pudor el misterio del nacimiento de lo Sagrado en la tierra, como lo hizo con el nacimiento de la misma vida. No obstante nos permite captar el significado implícito en el texto y adivinar así de qué manera Abrahám se convirtió en el fundador de las grandes religiones monoteísta. Los primeros versículos dedicados a la historia de Abrahám no contienen más que vagas indicaciones. La primera nos da el nombre de una ciudad: Ur Kasdím que es una alusión al horno de fuego ardiente (Ur) al que Abrahám fue arrojado por el rey Nimrod por haber quebrado los ídolos de su padre y del que fue rescatado milagrosamente por Dios, como lo explica Rashí. Este suceso implica que el patriarca había reconocido, desde hacía ya mucho tiempo, al verdadero Dios; que le había adorado abiertamente y que, como fiel servidor que era del Eterno, no había temido exponerse a un enfrentamiento irreductible con su padre, con el déspota Nimrod, rey todopoderoso en aquella época, y con toda la población idólatra que le rodeaba. De hecho, la tradición afirma que Abrahám empezó a creer en un Dios creador, y luego, en un Dios personal, desde la edad de tres años o, según otra versión, a partir de los cuarenta. Sus reflexiones personales y su capacidad de intuición (capacidad a la que aluden nuestros Sabios de los “dos riñones que le dieron la inspiración al Patriarca” ̶  Gén. Rabá c. 95) le llevaron a la conclusión de que el universo debía tener un Amo Supremo, un Dios que le gobierna, y fija las leyes de la naturaleza y la trayectoria de los astros, como se lo había oído decir a Noé, quien había recibido la tradición de la Creación del Mundo de su padre Lamej; el cual Lamej era contemporáneo del propio Adám. Las deducciones lógicas de Abrahám coincidieron con estos testimonios. El entonces consignó los valiosos informes que les trasmitieron sus mayores en un libro titulado # (Kuzari IV, 25) y anotó también en él el resultado de sus observaciones y sus conclusiones. Pero lo que verdaderamente le convirtió en el gigante de la historia fue la elocuencia, la fuerza de persecución con la que predicó la verdad y atrajo a los hombres a su propia fe; fue también el valor indomable, obstinado, con el que se opuso al culto de los ídolos; y fue, por último, y sobre todo, el amor ilimitado que sentía por Dios y que explica, por un lado, su inagotable generosidad con su prójimo, y por otro, su total dedicación a la causa del Señor  ̶ una dedicación que no conoció dudas, vacilaciones ni desfallecimientos. Abrahám no era un iluminado, ni un sabio perdido en contemplaciones místicas. Tampoco era un filósofo sutil ni un profeta fanático o exaltado. Era, sencillamente, un hombre de corazón generoso y alma ardiente. Lejos de limitarse a oraciones, creencias, prácticas rituales o mortificaciones, su religió consistía esencialmente en una entrega total de su persona. La religión de Abrahám exige, en efecto que el hombre dé sin reservas; no admite duplicidad, pues el hombre debe ser integro en su vida del mismo modo que Dios es uno en el universo.
La primera de las diez pruebas que Abrahám se vio sometido y de la que salió vencedor fue la del “horno de fuego ardiente” al que le arrojaron por orden de Nimrod a causa de su agitación revolucionaria a favor de la creencia en Dios. Un milagro se produjo entonces y le salvó de la muerte; (Avot V, 4) aunque también existe otra versión, según la cual Nimrod dejó a Abrahám en libertad porque  no quiso hacer de él un mártir. Esta segunda versión considera como “un milagro oculto” la gracia concedida por Nimrod. Sea lo que fuere, Terah y su hijo Abrahám, al darse cuenta del peligro mortal que corrían en Ur, decidieron abandonar esta ciudad y emigrar hacia el oeste. Así pues, salieron de Ur y se instalaron primero en Jarán (según Nahmánides, la explicación propuesta por os historiadores  ̶  la que hemos citado a propósito del anterior versículo  ̶  no parece corresponder a la excepcional transcendencia histórica de los acontecimientos que rodearon la vida de Abrahám).
Sin embargo, según el Zohar, el viaje (de Terah y de Abrahám) tiene causas psicológicas más profundas. El hecho de que la Toráh empiece el relato de la vida de Abrahám por la narración de sus numerosos desplazamientos (de Mesopotamia a Ur, luego de Ur a Harán, y, después por Canaán) es revelador, nos dice el Zohar, de una inestabilidad física producto de la angustia. Abrahám busca ansiosamente algo que no consigue encontrar en su lugar de residencia. Pues el culto pagano que lo invade todo y envenena la atmósfera se alza como una barrera entre Dios y él, le impide llevar una vida acorde con su concepto de la santidad. En su búsqueda de la verdad y del Absoluto se desplaza constantemente hasta el momento en que Dios se le revela por primera vez cuando ya tiene 75 años para decirle: “Vete al país que Yo te indicaré”.
(&. Is. Erama, Akedat Yitshak, C, 16; en esta obra, el autor, refiriéndose a la historia de Abrahám, compara los dos caminos de acceso a la verdad: el de la Toráh y la tradición, por un lado, y el del razonamiento lógico asociado a la experiencia, por el otro. Véase también Kuzari IV, 17 y 27.)
Así pues, no fue “la gracia Divina” lo que “ilumino” a Abrahám. Fue el esfuerzo personal, perseverante y obstinado con el que buscó la verdad, y la fidelidad absoluta con la que sirvió a Dios, lo que le hizo merecedor de la Palabra Divina tras largos años de tribulaciones y abnegación. Esta palabra fue sólo la respuesta al amor ardiente que inundaba su corazón: “La chispa de abajo hizo brotar la llama de arriba” (&. Bahiá: Deber de corazones XIV).


29 – Y TOMARON ABRAHAM Y NAHOR PARA SI MUJERES; EL NOMBRE DE LA MUJER DE ABRAHAM ERA SARAY; Y EL NOMBRE DE LA MUJER DE NAHOR ERA MILKA, HIJA DE HARAN, PADRE DE MILKA Y PADRE DE ISKA.


30 – Y SARAY ERA ESTERIL, Y NO TENIA HIJOS.
30 – Y SARAY ERA ESTERIL… Al igual que Rebeca y Rashel, esposa de Isaac y de Jacob respectivamente, Saray sólo pudo traer un hijo al mundo gracias a la intervención de la Providencia. Algunos explican que la esterilidad de las mujeres de los Patriarcas tenía un propósito: el de suscitar la oración de sus maridos, pues “el Eterno desea que los justos le dirijan sus plegarias” (Yebamot 64a). el niño que viene al mundo en estas condiciones es mucho más que un regalo de la naturaleza. Como nace de las lágrimas de su madre y de las imploraciones de su padre, es designado desde su aparición, como el hijo de la Providencia.
Pero otros maestros opinan que las madres se volvieron estéril con el fin de romper radicalmente con el pasado y sus nefastas influencias. El nacimiento del pueblo de Dios requería una nueva creación, una creación a partir de la nada. Era preciso que se secara el antiguo manantial, y que brotara otro totalmente virgen para que pudiera nacer una nueva familia, sana y pura.
(inmediatamente después, el texto bíblico relaciona el hecho de la esterilidad de Saray con el viaje a Canaán, sugiriendo así que la esperanza de concebir hijos en Tierra Santa pudo ser uno de los motivos de la partida…).


31 – Y TERAH TOMO A ABRAHAM, SU HIJO, Y A LOT, HIJO DE HARAN, EL HIJO DE SU HIJO, Y A SARAY, SU NUERA, MUJER DE ABRAHAM, SU HIJO,Y SALIERON JUNTOS DE UR DE LOS KASDEOS, PARA IR A LA TIERRA DE KNAAN. Y LLEGARON A HARAN, Y ASENTARONSE ALLI.


32 – Y FUERON LOS DIAS DE TERAH DOSCIENTOS CINCO AÑOS, Y TERAH MURIO EN HARAN.
32 – Y TERAH MURIO EN HARAN: La Toráh no nos permite contestar a la pregunta de si Terah reconoció o no a Dios antes de su muerte. Nahmánides, sin embrago, contesta por la afirmativa. ¿Se detuvo Terah a medio camino de la verdad de la misma manera que se quedó a medio camino de su subida a Tierra Santa? Sea lo que fuere, Terah tiene “su parte en el mundo futuro”, pues si bien es cierto que Dios castiga a los hijos por los pecados de los padres, también es cierto que, en contrapartida recompensa a los padres por los méritos de sus hijos. “El árbol vale lo que vale el fruto”. Por ejemplo, todas las clases de maderas pueden ser utilizadas para el fuego del altar, excepto la del olivo y la de la vid porque sus frutos, el aceite y el vino, sirven para las ofrendas sagradas, (&. Nahmánides; Rabbá c. 38).
La letra Nun de la última palabra: be-Jarán que está escrita bica abajo en el texto masorético, significa, según Rashí, que hasta Abrahám la ira (Jarón) de Dios estaba sobre el mundo (&. Gén. Rabbá c. 70, sobre Gén. XXIX, 4 #).
En cuanto al Talmud, nos indica de manera más general que los dos primeros milenios de la Humanidad los que van del Génesis a Abrahám, fueron los de Tohu-Vabohu, es decir, los del Caos: en efecto, durante aquella era, la Creación pasó por una serie de grandes catástrofes a consecuencia del pecado original que había trastocado el orden Divino y destruido la armonía universal.
Por este motivo, la Toráh pone aquí en cierto modo un punto final a este período y se vuelve a partir de ahora hacia los dos milenios siguientes que están dominados por la Revelación Divina en el Monte Sinai y por el reino de la Toráh en el seno de la nación de Israel (Ab. Zará 9a).
          De esta manera llegamos al final del estudio de la Parashat de Noah estudio fundamental para el Noájida y el Judío.



Fragmentos tomados de la Parashat Noaj Comentada por el 

Rab. Eli Munk






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