Superando Obstáculos

Superando Obstáculos

Las barreras y los obstáculos que enfrentan a la persona tienen el único propósito de aumentar su anhelo por realizar el acto de santidad que debe cumplir. Es parte de la naturaleza humana que cuanto más grande sean los obstáculos en su camino hacia la realización de un cierto objetivo, mas deseará lograrlo. Cuando la persona necesita hacer algo cuyo propósito es fortalecer su corazón, especialmente cuando es algo de lo cual depende todo su ser como persona, recibe entonces el deseo desde Arriba. Este deseo se crea gracias al obstáculo que le es enviado y que hace que crezca su anhelo. Debes comprender por tanto, que no existe obstáculo en el mundo que no puedas quebrar si así lo deseas. El único propósito de ese obstáculo es aumentar tu deseo. Cuando alcances el deseo y el anhelo necesarios para realizar el acto de santidad que necesitas cumplir, con seguridad podrás hacer que la idea en tu mente se transforme en realidad. La misma barrera te hará alcanzarlo, al aumentar tu deseo de lograrlo.

Likutey Moharan I,66:4.

Cuanto más grande sea el objetivo, mayores serán las barreras.

Cuando trates de hacer algo sagrado, es entonces, más que en ningún otro momento, que surgen los obstáculos. Necesitaras una feroz determinación. No existe obstáculo en el mundo que la persona no pueda quebrar, siempre y cuando tenga el deseo y la voluntad de hacerlo.

Uno no debe buscar excusas para exceptuarse. Es cierto que el deseo y el anhelo de lograr algo son buenos aún si no se obtiene resultados, incluso se considera como si lo hubiera logrado. Pero a la final esto sirve solo para aquel que desea sentir que al menos a cumplido con lo mínimo requerido. ¿Que podía haber echo? Él quiso hacerlo pero las circunstancias se lo impidieron. Pero para algunos esto no sera suficiente. ¿De que me sirve que me consideren algo “como si” de hecho lo hubiera logrado debido sólo a su deseo?

Este “como si” no le dará ninguna satisfacción. Para alguien verdadero su deseo es cumplir con lo que desea en la acción, transformando el pensamiento en acción, en una realidad práctica.

Si el anhelo se encuentra a la altura del objetivo, será posible alcanzar todo lo que uno quiera.

Likutey Moharan I,66:4.

Hay gente que luego de una vida entera dedicada al materialismo siente de pronto un fuerte deseo por andar por los caminos de Dios. Es entonces que el atributo del juicio se levanta para acusarlas, creando todo tipo de obstáculos y tratando de impedir que caminen en la senda de retorno.

La persona falta de inteligencia retrocederá frente a estas barreras. Pero aquél que tenga comprensión lo tomará como una señal de que es el momento de acercarse. Comprenderá que Dios se encuentra en la barrera misma, y la verdad es que el mismo Santo, Bendito Sea, está oculto en ese obstáculo. 

Likutey Moharan I, 66:4.

Se requiere un gran esfuerzo para quebrar las barreras que nos confrontan al comenzar a acercarnos a Dios.

Mucha gente experimentara estas barreras en forma de oposición por parte de sus padres o de sus suegros, o de su esposa o demás. Todos estos esfuerzos generan un recipiente en el cual es posible recibir la santidad y la pureza que podrán alcanzarse más tarde. Cuanto mayor sea la lucha al comienzo, mayor será el recipiente formado. Finalmente uno será digno del verdadero temor al Santo, Bendito Sea, y recibirá abundantes bendiciones y salud.

Si uno lo piensa con cuidado, verá que el obstáculo no es más que un velo del propio Santo, Bendito Sea. En realidad no hay obstáculos. Son simplemente una ilusión.

Likutey Moharan I, 66:4.

Las mayores barreras son mentales. El corazón es voluble y la gente no se concentra en la importancia de lo que necesita lograr. Si realmente centra el corazón y la mente en el hecho de que su vida, su ser y todos sus descendientes dependen de que él alcance este objetivo, nada en el mundo lo detendrá.

El mayor obstáculo es la falta de decisión.

La persona debe clamar a Dios.

Lo más importante es que el corazón sea fuerte y firme. Nada tendrá poder sobre ti.

Cuando el corazón está firme no hay lugar en el mundo donde no se pueda servir al Santo, Bendito Sea. Nunca hay excusas para decir que en determinado lugar es imposible servirlo. Cuando el corazón de la persona es fuerte, todos los lugares del mundo le pertenecen.

Likutey Moharan I, 66:4.

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